La aparición de patologías en edificios es, lamentablemente, una constante. Esto se debe no sólo a la mano de obra no calificada, sino también a la falta de planificación y a la inadecuada ejecución de los proyectos, lo que lleva a una conducción incorrecta de los trabajos de construcción, repitiendo a menudo ciclos que causan la pérdida de los elementos y anomalías asociadas tales como la humedad y grietas, que a su vez implican impactos ambientales adyacentes, como el consumo innecesario de energía y de recursos naturales. Pero también la calidad de los materiales utilizados contribuyen a la aparición de patologías. Los materiales no certificados o debidamente reconocidos pueden traer defectos de fabricación o de la falta de garantías, lo que afecta al producto final. Su mal uso, junto con la falta de cuidado en la ejecución y la posterior falta de mantenimiento, puede generar costos adicionales a los usuarios. En muchos casos, los edificios con menos de cinco años han necesidad de obras de reparación que podrían evitarse por completo. Por ejemplo, la falta de aislamiento en la corrección de las puentes térmicas o fallos de ejecución asociados con la aplicación del aislamiento llevan al aparecimiento de problemas como la humedad y la condensación.
De acuerdo con el PCS, hay varios factores que afectan la calidad final del producto de construcción, en particular:
- En la planificación – la definición de todos los pasos y el desempeño deseado;
- En el proyecto – los dibujos, sobre todo los detalles de las soluciones constructivas adoptadas, especificando y describiendo todos los materiales a utilizar;
- En los materiales – la calidad y la conformidad con las especificaciones;
- En la ejecución – la calidad y la conformidad con las especificaciones;
- En el uso – el tipo de uso previsto para el entorno construido junto con el manual de uso del edificio.